Crónica Misión de Verano La Laguna 2011 – Día 6

Viernes 14, Mañana un poco más relajada ya que nos levantamos un poco más tarde. La distribución de tareas hoy implica trabajo con niños en el colegio, con jóvenes en el jardín de la Capilla y con adultos al interior de la última. Así mismo, hicimos repaso de los lugares puntuales que faltaban por visitar para llegar hasta ellos, y aquellos lugares a los que ya hemos comenzado a ir por segunda vez. 

Después del almuerzo, los misioneros en pleno salieron a realizar las visitas correspondientes. Por su parte dos de los misioneros, ministros de Comunión se avocaron a la tarea de llevar el Cuerpo de Cristo a enfermos y ancianos distribuídos por todo el sector. 

Una decena de niños llegaron al colegio para compartir con los misioneros entre juegos, dibujos y apoyo catequético. Luego los mismos misioneros los llevaron hasta los hogares, aprovechando en esta instancia compartir con las familias.

Por la tarde fue el turno de los adultos, los que llegaron en baja cantidad para tener un encuentro de "lectura popular de la Biblia", la que, sin embargo, resultó todo un éxito. Es sorprendente como la gente sencilla puede hacer suya la Palabra, le interpela, le lleva hasta las lágrimas. Fue una instancia enriquecedora para los misioneros encargados de la instancia, y de seguro también para los asistentes.

Con los jóvenes, en el jardín de la Capilla, compartimos sus proyecciones, como se ven en el futuro, en 15 o más años. Fue importante la instancia de valorar nuestra propia realidad, el compromiso que debemos asumir en nuestro entorno, el no esperar que vengan otros a solucionar nuestros problemas, sino que nosotros, en la medida que vamos creciendo, madurando, debemos ser capaces de crecer "con otros", teniendo en vista "al otro", y ser capaces de entregarnos "por el otro", a ejemplo de Cristo.

Paralelamente a todas éstas actividades, otros misioneros continuaron visitando hogares, hasta cerca de las 22:30 hrs. Cerca de las 23:00 hrs llegamos nuevamente al colegio para disfrutar del descanso después de el largo pero dichoso día.